viernes, 20 de junio de 2014

Portafolios del curso | Segunda Parte: Lecturas del curso | Benito Manuel Calvo Ruiz |

2.- Lecturas del curso

2.1 Aquellas lecturas que he leído.

Durante el curso he leído 2 del género narrativo: En las nubes de Ian McEwan, el cual lo leí completo y Cuentos de Ignacio Aldecoa, del cual leí 3 capítulos. En el segundo trimestre leí una obra de teatro: Pic-nic de Fernando Arrabal. En el tercer trimestre leí una poesía: Marinero en Tierra de Rafael Alberti.

2.2 Lecturas que me han gustado.

1.- En el primer trimestre de las dos que leí la que más me gustó fue En las nubes. En el segundo Pic-nic y en el tercero Marinero en Tierra.

2.- Las partes que más me han impactado en las lecturas que he leído son:
 a) En las nubes, capítulo 2: El gato. Peter se apoyó sobre un codo para investigar. Separó el pelo. Al principio pensó que se trataba de una joya, una pequeña chapa de plata. Pero no había ninguna cadena y, al tocar y mirar más, descubrió que no era de metal, sino de hueso pulido, ovalado y plano en el centro, y, lo más curioso de todo, que estaba sujeto a la piel de William. El trozo de hueso se podía coger bien entre el índice y el pulgar. Apretó los dedos y
dio un tirón. El ronroneo del gato William se hizo aún más intenso. Peter tiró de nuevo, hacia abajo, y esa vez notó que algo cedía.

Al mirar entre el pelo apartándolo un poco con la punta de sus dedos, vio que había abierto una pequeña hendidura en la piel del gato. Era como si estuviera cogiendo el tirador de una cremallera. Tiró de nuevo y logró una abertura de unos cinco centímetros de longitud. El ronroneo del gato William provenía de ahí. A lo mejor, pensó Peter, veré latir su corazón. Una pata volvió a empujar suavemente sus dedos. El gato William quería que continuara.

Y eso fue lo que hizo. Descorrió todo el gato desde garganta hasta la cola. Peter tenía ganas de apartar la piel para echar una ojeada dentro.

Pero no quería parecer entrometido. Estaba a punto de llamar a Kate cuando se produjo un movimiento, una agitación en el interior del gato, y de la apertura del pelaje emergió un débil resplandor rosado que se fue haciendo cada vez más brillante. Y, de pronto, de dentro del gato William salió una, bueno, una cosa, una criatura. Pero Peter no estaba seguro de que pudiera tocarla, porque parecía hecha completamente de luz. Y aunque no tenía bigotes ni cola, ni ronroneo, ni siquiera pelo ni cuatro patas, todo en ella parecía decir «gato». Era la esencia misma de la palabra, el corazón de la idea. Era un silencioso, ceñido y ondulante pliegue de luz rosada y púrpura, y surgía del interior del gato. —Tú debes de ser el espíritu de William —dijo Peter en voz alta—. ¿O eres un fantasma?


a) Pic-nic, escena final. Pone el disco. Suena un pasodoble. Bailan, llenos de alegría, ZAPO con ZEPO y la SRA. TEPÁN con su marido. Suena el teléfono de
campaña. Ninguno de los cuatro lo oye. Siguen, muy animados,
bailando. El teléfono suena otra vez. Continúa el baile. Comienza de
nuevo la batalla con gran ruido de bombazos, tiro y ametralladoras.
Ellos no se dan cuenta de nada y continúan bailando alegremente.
Una ráfaga de ametralladora los siega a los cuatro. Caen al suelo,
muertos. Sin duda una bala ha rozado el gramófono: el disco repite
y repite, sin salir del mismo surco. Se oye durante un rato el disco
rayado, que continuará hasta el final de la obra. Entran, por la
izquierda, los dos camilleros. Llevan una camilla vacía.
Inmediatamente cae el TELÓN

c) Marinero en Tierra, poema a Federico García Lorca.
I

(Otoño)

EN ESTA NOCHE en que el puñal del viento

acuchilla el cadáver del verano,

yo he visto dibujarse en mi aposento

tu rostro oscuro de perfil gitano.

Vega florida. Alfanjes de los ríos,

tintos en sangre pura de las flores

Adelfares. Cabañas. Praderíos.

Por la sierra, cuarenta salteadores.

Despertaste a la sombra de una oliva,

junto a la pitiflor de los cantares.

Tu alma de tierra y aire fue cautiva...

Abandonando, dulce, sus altares,

quemó ante ti una anémona votiva

la musa de los cantos populares.

II

(Primavera)

TODAS mis novias, las de mar y tierra

-Amaranta, Coral y Serpentina,

Trébol del agua, Rosa y Leontina-,

verdes del sol, del aire, de la sierra;

contigo, abiertas por la ventolina,

coronándote están sobre las dunas,

de amarantos, corales y de lunas

de tréboles del agua matutina.

¡Vientos del mar, salid, y, coronado

por mis novias, mirad al dulce amigo

sobre las altas dunas reclinado!

¡Peces del mar, salid, cantad conmigo:

-Pez azul yo te nombro, al desabrigo

del aire, pez del monte, colorado!

III

(Verano)

SAL TÚ, bebiendo campos y ciudades,

en largo ciervo de agua convertido,

hacia el mar de las albas claridades,

del martín-pescador mecido nido;

que yo saldré a esperarte amortecido,

hecho junco, a las altas soledades,

herido por el aire y requerido

por tu voz, sola entre las tempestades.

Deja que escriba, débil junco frío,

mi nombre en esas aguas corredoras,

que el viento llama, solitario, río.

Disuelto ya en tu nieve el nombre mío,

vuélvete a tus montañas trepadoras,

ciervo de espuma, rey del monterio.

3.-
a) En las nubes, Ian McEwan:







b) Pic-nic, Federico García Lorca.


c) Marinero en Tierra.







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